La concentración de dióxido de carbono, CO2, se mide en ppm (parte por millón). El nivel de CO2 del aire exterior es 350ppm, es decir, en cada millón moléculas de aire encontramos 350 moléculas de CO2.
Según el Codigo Técnico de la Edificacion (CTE DB HS 3), en España, los locales habitables deben estar diseñados con sistemas de ventilación que permita que la concentración media anual de CO2 sea menor a 900ppm y que nunca supere los 1.600ppm.
Además, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) en España define diferentes categorías de calidad del aire interior (IDA) en función del uso del edificio:
En el caso de edificios como hospitales, clínicas, laboratorios y guarderías se deberà cumplir el primer IDA. El segundo IDA, está marcado para oficinas, residencias, salas de lectura, museos, salas de tribunales, aulas de enseñanza y asimilables y piscinas. Y la tercera categoría, IDA 3, no se debe alcanzar en locales comerciales como por ejemplo: cines, teatros, salones de actos, habitaciones de hoteles, restaurantes, cafeterías, bares, salas de fiestas, gimnasios, locales para el deporte y salas de ordenadores.
En una aula de 30 alumnos con las ventanas cerradas se puede llegar a valores entre 1957ppm y 4.000ppm [1]. Unos valores muy superiores al límite establecido de 500ppm (IDA 2). Aunque la concentración en estos niveles es tolerable, puede generar dolor de cabeza, aire estancado, pérdida de concentración, pérdida de atención y somnolencia. Es por ello muy importante para la salud de los alumnos ventilar el aula contínuamente.
[1] M. Griffiths y M. Eftekhari (2008). Control of CO2 in a naturally ventilated classroom. Energy and Buildings, Volume 40, Issue 4 (enlace).